PLÁSTICOS/ La empresa alicantina adapta sus máquinas de hacer moquetas para que la hierba artificial luzca la publicidad de equipos como el Atlético.
La publicidad que mueve el mundo del fútbol ya tiene un nuevo soporte, el césped artificial. Hasta ahora los métodos que se usaban incluían lonas de plástico o lana, o se pintaba sobre la hierba natural.
Con el sistema Turfgrass, ideado por la firma Doménech Hermanos, igual que se teje el diseño de una moqueta, se puede hacer un logotipo, un escudo o cualquier imagen. Todo con la ventaja de que los colores se mantienen brillantes hasta ocho años y aguantan las inclemencias del tiempo. Por eso el Atlético de Madrid ya lo tiene en el Vicente Calderón y el Barcelona se plantea lo mismo para el suyo.
Un éxito para un producto del que, hasta ahora, apenas han hecho promoción y que salió tras un proceso de aptación de catorce meses de su maquinaria para hacer moquetas de hoteles.
El Atleti enseña su escudo en el Césped que teje Turfgrass
La empresa murera Doménech Hermanos transformó una máquina para hacer moquetas en otra de tejer césped y crear así cualquier estampado en las mayores superficies. Por Miquel Hernandis.
La publicidad nos invade por todas partes. ¿Todas? No, aún quedaba un pequeño reducto por conquistar: el césped. De la experiencia en tejidos y plásticos de la comarca del Comtat, la empresa murera Doménech Hermanos ha creado su tejido Tufting a través de su marca Turfgrass. Partieron de la necesidad de “en instalaciones deportivas colocar alfombras publicitarias que resistieran las condiciones ambientales externas y que permitieran lucir a las marcas que invierten en publicidad”. Con su invento son capaces de fabricar tapices de una sola pieza, sin cortes, y en la que los dibujos nos son pintados ni estampados.
¿Se trata del sueño de los publicistas? Sí, “y de los políticos”, explica Llanos Doménech, responsable de comunicación de la empresa de Muro de Alcoy. Ejemplo de uno y otro caso son el Atlético de Madrid y el Canal de Isabel II.
El equipo colchonero usa este sistema para la publicidad de su patrocinador en el estadio Vicente Calderón. De esta forma, el diario Marca luce su logotipo en una superficie de 18 metro de largo por cuatro de ancho. Una alfombra de césped que tardaron en tejer “unas cuatro o cinco horas”.
Gracias a esta técnica evitan las alfombras de lana a las que recurre el Real Madrid o la pintura que usa el Barça, para quienes están negociando la realización de unas similares a las del club madrileño- y siguen teniendo un suelo de césped artificial. Con la ventaja de que el color “perdura durante más de ocho años estando expuesto a la intemperie”. Otro buen gancho para los pavimentos de zonas recreativas infantiles, como el parque de Helgoland en Alemania, en las que han diseñado, entre otras cosas, tableros enormes de parchís.
La empresa encargada de la gestión de las aguas en la Comunidad de Madrid, Canal de Isabel II, es la última en sumarse a esta moda y está preparando uno que alcanza los 45 metros de largo.
Hasta llegar a estos resultados tuvieron que pasar catorce meses adaptando las máquinas con las que tejían moquetas de hotel, otra de sus especialidades. “No había nadie que hiciera tapices sin recortes, así que transformamos las máquinas que teníamos”, apunta Doménech. “Al principio era lentísima, fue complicado ajustarla por el grosor de los hilos necesrios para el césped y su tipo de torsión”, recuerda. Por eso, se tuvieron que hacer muchas pruebas hasta encontrar la medida justa para que el sistema fuera rápido: “Ahora, uno de los aspectos más trabajosos consiste en poner los conos y las agujas, pero luego ya funciona bastante rápido”. Los hilos utilizados son de la misma composición que los del césped artificial, polietileno, “más elástico y difícil de romper”. La diferencia se encuentra en la estructura del hilo: su peso, grosor, número de cabos, sección del filamento o torsión, los cuales vienen determinados por el tipo de maquinaria y efecto visual deseado.
Como en una máquina de tejer, hay que situar los conos o bobinas en la fileta de la máquina Tufting Colortec. Los hilos que formarán el césped son conducidos individualmente por una serie de tubos hasta cada una de las mil agujas, las cuales se encuentran colocadas a lo largo de los cuatro metros de ancho que mide el telar. Cada una de ellas, programada desde un sistema de diseño asistido por ordenador, el mismo software que marca el estampado que lleva la moqueta de un hotel, realiza un movimiento independiente que permite la fabricación del césped con el dibujo. La tejedora permite la combinación de hasta seis colores de hilo en la misma pieza.
Durante el proceso, la máquina se alimenta de una base del mismo ancho, que actuará como soporte. Tras esta fase se pasa al acabado. Para unir el hilo al soporte primario, una máquina espumadora deposita una fina capa de poliuterano sobre la parte trasera.
A continuación, para el curado del césped, éste pasa por un horno de secado a temperaturas medias. A la salida del mismo, se realizan pequeños orificios en el backing para posibilitar el drenaje una vez instalado. Y así está disponible para embalarse y enviarse.
Más Descubrimientos
De su trabajo en superficies plásticas, Doménech también ha desarrollado un nuevo producto que consiste en la fabricación de una base elástica de poliuterano. Con él pretenden sustituir las actuales alfombras de conglomerado que se usan tanto en parques infantiles como en la práctica de algunos deportes. Frente a los cuatro centímetros necesarios ahora para evitar lesiones en caídas, su base se basta con 12 milímetros y se puede fabricar en continuo.
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